Un buen profesor de pilates

Un profesor de Pilates deberá tener una acreditación o diploma reconocido por una Federación o Asociación de Pilates.

Un buen profesor de Pilates debe “hacer Pilates”, aprender toda la gama en el propio cuerpo y practicar los ejercicios hasta evidenciar sus posibilidades

Un buen profesor cuida los aspectos relacionados con la información y las habilidades de transmitir la información a los alumnos. Se debe situar donde pueda ser visto y oído, variando la posición y/o orientación en función del ejercicio.

El profesor debe mantener una distancia respecto del alumno, pero al mismo tiempo debe saber acercarse a él y usar unas correctas técnicas de contacto.

Debe sistematizar las instrucciones, tener economía de palabras, instruir a nivel del alumno y al ritmo del movimiento, usando tanto instrucciones verbales como no verbales.

Un buen profesor da refuerzos positivos, corrige en positivo, señalando la solución, no el problema. No debe hacer más de una corrección a la vez, corrigiendo sólo aquello más importante. Debe saber observar para ver si sus instrucciones tienen el efecto deseado.

Un buen profesor de Pilates debe conocer perfectamente la técnica de ejecución de cada uno de los ejercicios y la sabrá explicar. Marcará claramente el inicio del ejercicio, su ejecución, las pautas de estabilización, la respiración, usará imágenes hará las correcciones necesarias y dará las pautas apropiadas en el momento apropiado mediante frases claves.

Debe tener conciencia de profesor, con capacidad pedagógica y docente. Debe transmitir seguridad y profesionalidad y presentar una correcta postura. Debe ser atento, dialogante y empático.

Debe tener conocimientos anatómicos del cuerpo humano, de la fisiología, biomecánica muscular, higiene postural y de las bases del entrenamiento para la mejora psicofísica.

Es importante que sepa motivar a sus alumnos, que los aliente a seguir practicando y mejorando día a día.

El profesor debe ser capaz de individualizar y personalizar la técnica a sus alumnos, siendo capaz de modificar y adaptar los ejercicios al nivel y características del practicante, otorgando tanto los ejercicios como el nivel de ejecución de forma personalizada y aumentando la progresión de forma que cada nuevo ejercicio sea un reto superable por el alumno.

Debe procurar hacer un entrenamiento variado, atractivo progresivo, eficaz y que sea transferible a la vida cotidiana

Ángel Buitrago

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