Tus creencias y expectativas impactan tus resultados. El cuerpo no puede lograr lo que la mente no puede imaginar. El primer paso para cambiar tu cuerpo es, por tanto, cambiar tu mente.
No es nada esotérico o místico, es totalmente científico. Esto no va de tener pensamientos positivos o confiar en la ley de la atracción. Va de psicología y fisiología, dos caras de la misma moneda.
Ya hemos hablado de la importancia del placebo y la subjetividad del dolor. Hoy revisamos estudios sorprendentes sobre el poder de tu mente y lecciones prácticas para dominarla.
Mente y fisiología
Muchos menosprecian el placebo como un simple truco psicológico, pero tiene un profundo impacto biológico. El cerebro es la farmacia más sofisticada, y podemos regular su funcionamiento con el pensamiento.
En este estudio ofrecían el mismo batido (de 380 calorías) a dos grupos, con una sola diferencia: la etiqueta. En un caso la etiqueta marcaba 620 calorías, en el otro solo 140.
El grupo del superbatido se sentía más saciado, y su grelina (una de las hormonas que controla el apetito) se redujo tres veces más que en el grupo del supuesto batido ligero, a pesar de haber bebido exactamente lo mismo.
En un estudio posterior, los que creían tomar una bebida con más carbohidrato sufrían una mayor elevación de la glucosa en sangre que los que pensaban que era una bebida baja en carbohidrato, a pesar de ser la misma bebida.
Las etiquetas no solo transmiten información, generan creencias, que a su vez modifican nuestra respuesta psicológica y fisiológica. Las hormonas no dependen solo de lo que comes, también de lo que crees que comes.
Recomendaciones:
Lleva una buena alimentación, pero no te obsesiones con la perfección. El estrés activa el sistema simpático, que interfiere por ejemplo con la digestión.
Si te saltas la dieta por un evento social que disfrutes, no te tortures. Una comida mala disfrutada con satisfacción te puede hacer mejor que una comida buena tolerada con resignación. El sentimiento de culpa empeora los resultados, al restar energía y voluntad (estudio).
Mente y envejecimiento
Un estudio de Harvard llevó a un grupo de hombres mayores (entre 70 y 80 años) a unas instalaciones que replicaban el ambiente de dos décadas anteriores: decoración, música, fotos y electrodomésticos, pero ni un solo espejo. También se les trataba como si tuvieran 20 años menos, haciéndoles por ejemplo responsables de cargar su propio equipaje.
En pocos días, se sentían más jóvenes y habían mejorado su fuerza, destreza manual, postura, visión y memoria. Su mente había regresado temporalmente al pasado, rejuveneciendo el cuerpo de paso.
No podemos detener el envejecimiento con la mente, pero las creencias sobre nosotros mismos condicionan cómo nos sentimos y cómo actuamos. Si te percibes como un viejo, actuarás como un viejo: peor postura, menos movimiento, menos interacción social… y esto a su vez acelerará la decadencia (estudio).
Recomendaciones:
A partir de cierta edad, busca grupos de gente más joven y participa en sus mismas actividades.
No hagas locuras, pero no uses la edad como excusa. La naturaleza impone suficientes limitaciones reales como para inventar otras adicionales.
PILATES
Siempre estamos buscando la felicidad y confundimos esta con un estado de bien estar constante en el que todo es idílico y nuestros problemas no existen, pero eso es una utopía que define la confusión total y una deformación de la realidad que lo único que hace es hundirnos más en la ciénaga del sufrimiento.
Perseguimos la felicidad y esta se comporta como una anguila resbaladiza que constantemente se escapa de nuestras manos.
En realidad, lo que debemos hacer es llenar nuestra vida de pequeños momentos de felicidad y darnos cuenta que los momentos que no son tan agradables también son una parte de esta. Debemos saber que para saber de la felicidad tenemos que saber del lado contrario de esta, como las dos caras de la moneda.
Nuestra aspiración en la vida es alcanzar la felicidad, así pasamos esta como el burro que va tras la zanahoria, ¿Quizás es porque nuestro concepto de la felicidad es demasiado limitado?, SI.
El equilibrio es una de las cosas más importantes a la que debemos aspirar en nuestra vida para conocerla, pues si vamos equilibrando aspectos de esta, esto repercute en todo nuestro ser y esta también es una forma de conseguir la felicidad.
El equilibrio de una parte de nuestro cuerpo o de nuestra mente influencia a todas las demás, igual el desequilibrio, así que empecemos por equilibrar una parte para llegar a la totalidad y así poco a poco acercarnos un poco más a nuestra ansiada felicidad, liberándonos de esa ansia y siendo seres realizados.
Sin tener que “convencer” a nadie ni haciendo un dogma del Pilates, intento que en mis clases el alumno vaya descubriendo su propia sensibilidad, su propia escucha corporal, respiración, flexibilidad, bienestar y felicidad que llevamos dentro de nosotros, sin límites… todo dentro de un espacio donde la paz, tranquilidad y armonía; es nuestra forma de vida.
“Durante mi trayectoria como profesor de pilates y Zen Yoga he podido constatar la enorme importancia que tiene esta fusión en la mejora de la calidad de vida de las personas.”
Ángel Buitrago
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