Respirar de forma pausada y profunda es una metodología comúnmente mencionada cuando estamos aprendiendo pilates, zen, yoga o meditación. Pero ¿sabes realmente de qué trata y como puede ayudar a tu cuerpo?
En términos sencillos, se trata de una forma de centrar la atención total sobre el proceso de inhalar y exhalar aire.
La técnica consiste en volver más lentos los movimientos de respiración y comenzar a llenar los pulmones hacia su zona más profunda. A esto se le conoce como “respiración diafragmal”.
La respiración profunda es una de las mejores maneras de reducir el estrés en el cuerpo. Esto se debe a que cuando respira profundamente, el cuerpo envía un mensaje a su cerebro para calmarse y relajarse. Luego, el cerebro envía este mensaje al cuerpo. Aquellos factores que ocurren cuando está estresado, como un aumento de la frecuencia cardíaca, una respiración acelerada y una presión arterial alta, disminuyen a medida que respira profundamente para relajarse.
Puntos clave
La forma en que respira afecta todo el cuerpo. Los ejercicios de respiración son una buena forma de relajarse, de reducir la tensión y de aliviar el estrés.
Los ejercicios de respiración son fáciles de aprender. Puede hacerlos cuando quiera y no necesita herramientas ni equipos especiales para hacerlos.
Puede hacer diferentes ejercicios para ver cuál funciona mejor
¿CÓMO COMENZAR?
Para lograrlo, te recomiendo acostarte y cerrar los ojos. Luego, deberás colocar una mano sobre tu pecho, a la altura de los pulmones, y otra sobre tu abdomen.
La idea es inhalar sintiendo que el aire infla el vientre en lugar de llegar solo a la parte superior del pecho. Allí, las manos indicarán el progreso.
¿QUÉ BENEFICIOS TIENE?
RELAJACIÓN MUSCULAR
El ritmo lento y el llenado de los pulmones permite disminuir la velocidad de los latidos y con ello aflojando los músculos.
Algo útil para momentos de aceleración por estrés diario o para deportistas, luego de una carrera agotadora.
CONTROL EMOCIONAL
Respirar pensando en esa acción, controlando el ritmo y profundidad ayuda a la mente a centrarse con su propio cuerpo, un estado que logra anclar el pensamiento.
Este efecto es maravilloso para dominar las nuestras respuestas cuando los sentimientos parecen llevar por delante lo racional. Por ello, se usa en el mindfulness y la conciencia plena.
CONCENTRACIÓN
Si logras centrar tus pensamientos en respirar, tu mente se estará entrenando progresivamente para poder prestar toda su atención a una acción por vez cada vez que sea necesario.
MEJOR OXIGENACIÓN
Aprovechando al máximo cada aspiración nasal tenemos más aire en los pulmones y este será de mejor calidad. Este oxigeno se propaga mejor por el cuerpo y tus músculos se sentirán más vivos.
ADIÓS TOXINAS
Cuando el oxígeno llega a cada uno de nuestros órganos es intercambiado por las sustancias toxicas que no necesitamos. Su flujo constante y potente logra que todo se mantenga limpio y sin obstrucciones.
TRANQUILIDAD
La respiración consciente puede dar una sensación de calma, placentera y relajante que logra frenar la ansiedad de los problemas diarios, es una auténtica práctica zen.
PULMONES FUERTES
Extender su capacidad al máximo unos minutos al día ayuda a hacerlos más potentes, resistentes a enfermedades y vigorosos por más años.
MEJOR CIRCULACIÓN
Más oxigeno significa sangre de mejor calidad y menos trabajo para el corazón.
DIGESTIÓN REGULAR
Los órganos del aparato digestivo estarán mejor oxigenados y masajeados por cada movimiento profundo de inhalación, algo que ayudará a la asimilación de alimentos.
PESO CONTROLADO
La quema de grasa será más efectiva ya que los tejidos estarán alimentados por oxígeno.
La técnica: tomar aire profundamente por la nariz, mientras observamos cómo la mano colocada en el vientre se alza. Realizar una pequeña pausa y soltar el aire por la boca lentamente. Repetir esta secuencia al menos durante 10 minutos. Esta técnica consiste en inhalar alternando cada una de nuestras fosas nasales.
Ángel Buitrago
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